El tamaño desigual de las pupilas, conocido como anisocoria, es un fenómeno ocular que puede deberse a causas benignas o indicar una condición médica subyacente. En este artículo, exploraremos en profundidad qué es la anisocoria, sus posibles causas, su relación con el estrés y cuándo es necesario acudir a un especialista.
¿Qué es la anisocoria?

La aparición repentina de anisocoria puede ser alarmante, ya que podría estar asociada con condiciones médicas que requieren atención inmediata, como lesiones en la cabeza o enfermedades neurológicas.
La anisocoria es la desigualdad en el tamaño de las pupilas. En la mayoría de los casos, la diferencia es menor a 1 mm y no suele estar asociada a enfermedades graves. Sin embargo, cuando la diferencia es notable o aparece de forma repentina, puede ser una señal de un problema neurológico o traumatismo ocular.
¿Cuáles son sus principales causas?
Existen varias razones por las que una persona puede presentar anisocoria. Algunas son inofensivas, mientras que otras pueden requerir atención médica urgente.
Anisocoria fisiológica
Esta es la causa más común y afecta aproximadamente al 20% de la población. En estos casos, la diferencia en el tamaño de las pupilas es leve y no cambia con el tiempo ni afecta la visión.
Lesiones o traumatismos oculares
Un golpe en el ojo o una cirugía pueden alterar la respuesta de la pupila a la luz, provocando anisocoria. Es importante evaluar cualquier lesión ocular para descartar daños graves.
Uso de medicamentos
Algunos fármacos, como los colirios que contienen atropina, ciertos tratamientos para la migraña y sustancias como la escopolamina, pueden provocar anisocoria temporal.
Problemas neurológicos
Algunas afecciones del sistema nervioso pueden manifestarse con anisocoria. Entre ellas están:
- Síndrome de Horner: Se asocia con caída del párpado y disminución de la sudoración en un lado de la cara. Para conocer más sobre esta condición, te invitamos a leer nuestro artículo especializado: Síndrome de Horner: causas, síntomas y tratamiento. ¡No te lo pierdas!
- Parálisis del nervio oculomotor: Puede estar acompañada de pérdida de movilidad del ojo y visión doble.
- Aneurismas cerebrales: Pueden ejercer presión en los nervios oculares y causar anisocoria repentina.
Infecciones oculares y enfermedades inflamatorias
Condiciones como la uveítis pueden provocar inflamación dentro del ojo, lo que puede afectar el tamaño de la pupila y causar anisocoria.
¿Puede el estrés causar anisocoria?

La anisocoria puede ser más evidente en condiciones de poca luz, donde la diferencia en el tamaño de las pupilas se hace más pronunciada y perceptible.
El estrés extremo activa el sistema nervioso simpático, lo que puede provocar una dilatación desigual de las pupilas. Aunque esta anisocoria por estrés es temporal y desaparece al reducir la ansiedad, es recomendable controlarla con técnicas de relajación y descanso adecuado.
Anisocoria repentina: ¿cuándo preocuparse?
Si notas una anisocoria repentina, acompañada de síntomas como:
- Dolor de cabeza intenso.
- Pérdida de visión o visión doble.
- Dificultad para mover un ojo.
- Debilidad en el cuerpo o pérdida del equilibrio.
Es fundamental acudir a urgencias de inmediato, ya que podría indicar una afección grave como un accidente cerebrovascular o una hemorragia cerebral.
Diagnóstico de la anisocoria
El oftalmólogo realizará un examen ocular completo para evaluar la respuesta pupilar a la luz. En algunos casos, podría ser necesario recurrir a estudios complementarios como:
- Resonancia magnética (RM) para descartar afecciones neurológicas.
- Tomografía computarizada (TC) para evaluar posibles traumatismos craneales.
Tratamiento de la anisocoria
El tratamiento dependerá de la causa subyacente:
- Anisocoria fisiológica: No requiere tratamiento.
- Causas farmacológicas: Se revierte al suspender el medicamento responsable.
- Lesiones o infecciones oculares: Se tratará con antiinflamatorios o antibióticos según el caso.
- Condiciones neurológicas: Requieren atención especializada inmediata.
Prevención y cuidado de la salud ocular
Aunque no siempre se puede prevenir la anisocoria, algunas prácticas pueden ayudar a mantener la salud ocular:
- Usar gafas de protección en actividades de riesgo.
- Evitar la automedicación con colirios.
- Mantener controles oftalmológicos regulares.
- Reducir el estrés con técnicas de relajación y descanso visual.
Consulta a un especialista
La anisocoria puede ser un hallazgo benigno o un síntoma de una condición grave. Si notas un cambio en el tamaño de tus pupilas acompañado de otros síntomas, consulta a un oftalmólogo. La Dra. Raquel Medina, especialista en salud ocular, puede ayudarte a identificar la causa de la anisocoria y recomendarte el mejor tratamiento. Agenda tu consulta ahora y cuida tu visión.
Descubre las últimas noticias y consejos sobre salud ocular en el blog de la Dra. Raquel Medina, cirujana oftalmóloga en Salamanca. Confía en su experiencia para guiarte en el camino hacia una mejor visión.
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