Epiescleritis que no mejora: causas, síntomas y tratamientos

por | 21 Oct 2024

La epiescleritis es una inflamación benigna y autolimitada de la capa externa de la esclerótica del ojo, pero cuando hablamos de una epiescleritis que no mejora, es importante investigar más a fondo las posibles causas subyacentes y el tratamiento adecuado. Este artículo detalla las razones detrás de una epiescleritis persistente, cómo identificar los síntomas y qué opciones de tratamiento existen para mejorar la salud ocular.

¿Qué es la epiescleritis?

La epiescleritis es una inflamación ocular que afecta la epiesclera, una fina capa de tejido que recubre la esclerótica (la parte blanca del ojo). Se trata de una afección generalmente leve y sin consecuencias graves para la visión, pero en casos donde la epiescleritis no mejora, puede haber factores adicionales a considerar, como enfermedades subyacentes o una respuesta deficiente al tratamiento.

Causas de la epiescleritis que no mejora

Epiescleritis que no mejora

La epiescleritis que no mejora puede ser desencadenada por factores como estrés, infecciones o enfermedades autoinmunitarias.

La epiescleritis es, en la mayoría de los casos, una condición benigna que se resuelve por sí sola en unas pocas semanas. Sin embargo, si los síntomas persisten o se vuelven recurrentes, es fundamental explorar las posibles causas subyacentes que pueden estar contribuyendo a una epiescleritis que no mejora. Algunas de las causas más comunes y relevantes son:

  1. Enfermedades autoinmunes: A menudo, la epiescleritis que persiste o no responde a los tratamientos convencionales está asociada con enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, el lupus o la espondilitis anquilosante. Estas condiciones causan inflamación crónica en varias partes del cuerpo, incluidos los ojos. En estos casos, es fundamental tratar la enfermedad autoinmune subyacente, ya que solo controlar los síntomas oculares puede no ser suficiente para resolver el problema.
  2. Infecciones virales o bacterianas: Aunque no es común, en algunos casos, una infección viral (como el herpes) o bacteriana puede desencadenar una epiescleritis más severa y prolongada. En estos casos, la inflamación ocular no mejora hasta que se trata la infección subyacente. Es posible que sea necesario el uso de antivirales, antibióticos u otros tratamientos especializados.
  3. Estrés prolongado: El estrés crónico puede tener un impacto significativo en la salud ocular. El estrés afecta el sistema inmunológico y puede prolongar o agravar la inflamación en diversas partes del cuerpo, incluidos los ojos. En casos de epiescleritis por estrés, es esencial no solo tratar la inflamación ocular, sino también reducir los niveles de estrés mediante técnicas como la meditación, el ejercicio o la terapia. Para comprender mejor cómo el estrés puede afectar tu salud visual, te invitamos a leer nuestro artículo especializado: Derrame en el ojo por estrés: síntomas, causas y tratamientos efectivos.
  4. Uso inadecuado de medicamentos: Si se están utilizando antiinflamatorios tópicos o esteroides sin la supervisión adecuada de un especialista, es posible que no se esté aplicando el tratamiento correcto o en la dosis adecuada, lo que puede prolongar los síntomas de la epiescleritis. Además, el uso prolongado de esteroides puede causar efectos adversos como un aumento en la presión intraocular, lo que complica aún más la recuperación.
  5. Enfermedades sistémicas: Algunas condiciones sistémicas, como la sífilis, la enfermedad de Lyme o la tuberculosis, pueden manifestarse con síntomas oculares persistentes, incluyendo la epiescleritis. Si el médico sospecha de una condición sistémica, será necesario realizar un estudio completo del paciente para tratar la causa subyacente.

Es importante recordar que en los casos donde la epiescleritis no mejora, la intervención de un oftalmólogo es vital. El especialista podrá realizar un examen detallado, solicitar pruebas adicionales y recomendar un tratamiento más específico en función de la causa subyacente.

Síntomas comunes de la epiescleritis

Los síntomas más frecuentes de la epiescleritis ocular incluyen:

  • Enrojecimiento del ojo.
  • Ligero dolor o molestia, generalmente sin secreción.
  • Sensibilidad a la luz.
  • Visión borrosa (en raros casos).

En casos de epiescleritis nodular, el enrojecimiento aparece en forma de nódulos localizados, lo que puede ser más persistente y doloroso.

¿Es grave la epiescleritis que no mejora?

En la mayoría de los casos, la epiescleritis es una condición leve y de resolución espontánea, pero si se convierte en epiescleritis recurrente o no responde al tratamiento convencional, es fundamental acudir a un oftalmólogo para descartar condiciones más graves, como la escleritis, que afecta capas más profundas del ojo y puede comprometer la visión.

Tratamiento para la epiescleritis

El tratamiento de la epiescleritis depende de la severidad de los síntomas y de si la afección persiste. Algunas opciones incluyen:

  • Lágrimas artificiales para aliviar la sequedad.
  • Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), como el ibuprofeno.
  • Corticosteroides tópicos en casos más graves.
  • Modificación de la dieta y reducción del estrés en casos de epiescleritis por estrés.

En casos donde la epiescleritis y escleritis puedan estar relacionadas, el tratamiento será más agresivo y podría incluir medicamentos inmunosupresores.

¿Cuándo acudir al oftalmólogo?

Si presentas síntomas de epiescleritis que no mejora en más de dos semanas o si notas empeoramiento en los síntomas, es importante acudir al especialista para una evaluación más profunda. Detectar a tiempo condiciones subyacentes puede ser crucial para preservar la salud ocular.

Conclusión

La epiescleritis es una afección que, aunque generalmente leve, puede ser persistente si no se trata adecuadamente. Si notas que la epiescleritis no mejora después del tratamiento inicial, no dudes en buscar la orientación de un oftalmólogo. 

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Escrito por: Pablo Ruiz

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