La fractura de la órbita es una lesión ocular y facial que afecta los huesos que rodean el globo ocular. Este tipo de fractura puede comprometer la visión y la movilidad del ojo si no se trata adecuadamente. Conocer sus causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento es fundamental para una recuperación segura y efectiva.
¿Qué es una fractura de la órbita?
Una fractura de la órbita se produce cuando alguno de los huesos que conforman la cavidad ocular se rompe debido a un traumatismo. La fractura de base de órbita es un tipo particular que afecta la parte inferior y posterior de la órbita, siendo más compleja por su cercanía a nervios y vasos importantes.
Existen varios tipos de fracturas de órbita:
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Fractura de pared inferior (blow-out): Es la más frecuente y suele ocurrir por impactos directos en el ojo.
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Fractura de pared medial: Afecta el hueso entre el ojo y la nariz.
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Fractura de base de órbita: Involucra la parte inferior y posterior de la cavidad ocular, con mayor riesgo de complicaciones.
Causas y factores de riesgo
Las fracturas de órbita suelen originarse por traumatismos fuertes en la zona facial. Entre los principales factores de riesgo se encuentran:
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Accidentes de tráfico
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Golpes directos durante deportes de contacto
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Caídas y lesiones laborales
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Accidentes domésticos
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Personas con huesos frágiles por osteoporosis o enfermedades óseas
Síntomas de una fractura de órbita
Identificar a tiempo una fractura de la órbita permite evitar complicaciones. Algunos de los síntomas más frecuentes son:
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Dolor e inflamación alrededor del ojo
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Hematomas en párpados y cara
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Dificultad para mover el ojo o visión doble (diplopía)
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Hundimiento ocular o cambio de posición del globo ocular
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Entumecimiento o pérdida de sensibilidad en la zona afectada
En caso de experimentar estos síntomas tras un golpe en el ojo, es esencial acudir a un especialista en salud ocular.
Diagnóstico y pruebas médicas

Para confirmar una fractura de órbita, los médicos suelen realizar:
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Evaluación clínica: Revisión de la movilidad ocular, visión y sensibilidad facial.
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Pruebas de imagen: Tomografía computarizada (TAC) o radiografía para identificar la extensión de la fractura.
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Valoración oftalmológica y maxilofacial: Para detectar lesiones asociadas y planificar el tratamiento.
Tratamiento de las fracturas de órbita

Fracturas de órbita: todo lo que debes saber sobre diagnóstico y tratamiento
El tratamiento de una fractura de órbita depende de su gravedad:
Tratamiento conservador
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Reposo y cuidado ocular
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Uso de antiinflamatorios y analgésicos
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Seguimiento periódico para asegurar que no haya complicaciones
Tratamiento quirúrgico
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Indicado en fracturas con hundimiento ocular significativo o atrapamiento muscular
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Procedimientos reconstructivos para restaurar la anatomía orbital
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Cuidados postoperatorios estrictos para evitar infecciones y mejorar la recuperación
Fractura de órbita: tiempo de recuperación
El tiempo de recuperación de una fractura de órbita varía según la gravedad y el tipo de tratamiento:
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Fracturas leves: 2 a 4 semanas
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Fracturas moderadas con seguimiento conservador: 4 a 6 semanas
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Fracturas complejas o quirúrgicas: 6 a 12 semanas
Factores que influyen en la recuperación incluyen edad, salud general, adherencia a las indicaciones médicas y presencia de complicaciones.
Prevención y cuidados tras una fractura de base de órbita
Si has sufrido una fractura de base de órbita o cualquier fractura orbital, es importante seguir estos cuidados:
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Evitar traumatismos futuros y proteger los ojos durante deportes
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No realizar esfuerzos que puedan aumentar la presión ocular
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Asistir a controles oftalmológicos regulares
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Seguir las indicaciones médicas al pie de la letra, incluyendo reposo y medicación
Conclusión
Las fracturas de órbita son lesiones serias que requieren atención especializada. Con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, es posible recuperar la función ocular y evitar complicaciones a largo plazo. Si sospechas que puedes tener una fractura de órbita, o quieres seguimiento tras una lesión, la Dra. Raquel Medina, especialista en salud ocular en Salamanca, puede ofrecer un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado.
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