La anisometropía es un trastorno visual en el que los ojos tienen diferentes graduaciones, lo que puede afectar la percepción y la calidad de la visión. En este artículo, exploramos en profundidad sus causas, síntomas, tratamientos y cómo puede impactar la vida diaria.
Anisometropía: ¿Qué es?
La anisometropía ocurre cuando hay una diferencia significativa en el poder refractivo de cada ojo. Esto significa que un ojo puede ser más miope, hipermétrope o tener más astigmatismo que el otro. Esta diferencia puede causar problemas en la visión binocular y generar síntomas molestos si no se trata adecuadamente.
Dependiendo de la magnitud de la diferencia, la anisometropía puede clasificarse en tres tipos:
- Leve: Cuando la diferencia de graduación entre ambos ojos es menor a 2 dioptrías.
- Moderada: Diferencia entre 2 y 4 dioptrías.
- Severa: Cuando la diferencia supera las 4 dioptrías, lo que suele generar ambliopía en un ojo.
Causas de la anisometropía

Los niños con anisometropía pueden desarrollar ambliopía si no reciben tratamiento adecuado.
Las principales causas de la anisometropía incluyen:
- Factores genéticos: Puede heredarse de familiares con problemas refractivos, siendo más común en personas con antecedentes de miopía o hipermetropía.
- Errores refractivos progresivos: La miopía, hipermetropía o astigmatismo pueden desarrollarse de forma desigual en cada ojo, especialmente durante la infancia o la adolescencia.
- Cirugía ocular previa: Procedimientos como la cirugía de cataratas pueden generar diferencias en la graduación si no se corrigen adecuadamente ambos ojos.
- Problemas en el desarrollo ocular: Algunos trastornos en el crecimiento de los ojos pueden hacer que cada ojo tenga una forma diferente, afectando su capacidad de enfocar la luz correctamente.
Síntomas de la anisometropía
Los síntomas varían según la diferencia de graduación entre los ojos. Algunos de los más comunes incluyen:
- Visión borrosa o doble en uno de los ojos.
- Dificultad para enfocar objetos correctamente y sensación de desequilibrio visual.
- Fatiga ocular y dolores de cabeza frecuentes, especialmente después de leer o usar pantallas por períodos prolongados.
- Problemas en la percepción de la profundidad, lo que puede dificultar la coordinación motora y afectar actividades como conducir o practicar deportes.
- Ambliopía por anisometropía: Cuando la diferencia es grande, el cerebro puede ignorar la imagen del ojo más débil, generando una «visión perezosa».
Anisometropía en adultos
Si bien la anisometropía suele diagnosticarse en la infancia, también puede afectar a los adultos. En estos casos, la adaptación a una corrección óptica puede ser más difícil debido a que el cerebro ya está acostumbrado a una forma específica de procesar las imágenes.
Los adultos con anisometropía pueden experimentar síntomas como mareos, inestabilidad visual y mayor dificultad para adaptarse a gafas o lentes de contacto nuevos. Por eso, es fundamental realizar revisiones oftalmológicas periódicas para evaluar la mejor opción de corrección.
Anisometropía en niños y su impacto en el desarrollo visual
En los niños, la anisometropía puede tener un impacto significativo en el desarrollo de la visión si no se detecta y trata a tiempo. Dado que el sistema visual sigue madurando hasta aproximadamente los 8 años, una gran diferencia entre ambos ojos puede llevar a la supresión de la imagen del ojo más débil, causando ambliopía.
Los síntomas en niños pueden incluir:
- Falta de interés en actividades que requieran coordinación visual.
- Problemas de aprendizaje y dificultad para leer.
- Tropiezos frecuentes debido a una mala percepción de la profundidad.
Por ello, es importante que los niños se sometan a exámenes visuales regulares para detectar cualquier problema refractivo desde una edad temprana. Puedes leer más sobre la importancia de las revisiones oftalmológicas en niños en nuestro artículo especializado en ello: Oftalmología Infantil: revisiones, chequeos y prevención en los niños.
Anisometropía: solución y tratamiento
El tratamiento para la anisometropía depende de la gravedad del caso y la edad del paciente. Algunas soluciones incluyen:
Corrección óptica
- Lentes correctivos: Se pueden usar gafas con graduaciones diferentes en cada lente para equilibrar la visión, aunque pueden causar diferencias en el tamaño de la imagen percibida por cada ojo.
- Lentes de contacto: Son una mejor opción para casos más graves, ya que evitan la diferencia de tamaño de imagen que pueden generar las gafas y permiten una mejor visión binocular.
Terapia visual
- Ejercicios para la visión binocular: En niños con ambliopía por anisometropía, la terapia visual puede ayudar a entrenar el ojo más débil para que recupere su función normal.
- Parcheo del ojo dominante: En algunos casos, se cubre el ojo con mejor visión durante algunas horas al día para estimular el ojo más débil.
Cirugía refractiva
- LASIK o PRK: Para adultos con anisometropía severa, la cirugía láser puede corregir la diferencia de graduación entre ambos ojos, mejorando la calidad de la visión binocular.
- Lentes intraoculares: En casos específicos, especialmente cuando hay cataratas, se pueden implantar lentes intraoculares con diferente graduación para equilibrar la visión en ambos ojos.
¿Cuándo acudir al oftalmólogo?
Si experimentas visión borrosa, dificultad para enfocar, fatiga ocular o mareos frecuentes, es recomendable acudir a un oftalmólogo. Un diagnóstico temprano puede prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida.
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Descubre las últimas noticias y consejos sobre salud ocular en el blog de la Dra. Raquel Medina, cirujana oftalmóloga en Salamanca. Confía en su experiencia para guiarte en el camino hacia una mejor visión.
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